
La metáfora que podríamos utilizar para definir la llegada de la inteligencia artificial a nuestras vidas es la de un tsunami. La presencia de ChatGPT desde noviembre de 2022 ha confirmado lo que para muchas empresas y gigantes de la tecnología ha sido claro durante mucho tiempo: la inteligencia artificial revolucionará nuestra vida cotidiana, y no se trata solo del presente, sino de un futuro muy cercano. En lo que respecta a los motores de búsqueda, se piensa que tal vez ya no serán los mismos, cambiando su “actitud” y su forma de “pensar” dentro del algoritmo.
A continuación, se presenta un análisis de uno de los temas relacionados con la inteligencia artificial más discutidos y sentidos.
Inteligencia artificial y motores de búsqueda: Google y el liderazgo en las búsquedas en línea
El nacimiento de Google se remonta a finales de los años 90. Su grandeza en comparación con otros motores de búsqueda que surgieron con el tiempo radicaba en la creación de un algoritmo basado en la popularidad de los contenidos en la web, conocido como el “PageRank“. También es importante recordar un hecho aún más relevante: el algoritmo busca definir, no determinar, el “valor” de una página web; de hecho, en general, es el mismo algoritmo el que identifica una correlación.
Google abrió las puertas a una auténtica revolución, una capacidad que impulsó al algoritmo a valorar los datos que interactúan con el motor de búsqueda. Una cantidad de información de la cual se debe ser capaz de discernir.
Hoy, poco más de 20 años después, algo realmente está cambiando: la inteligencia artificial y los motores de búsqueda están estableciendo una relación cada vez más fuerte y poderosa.
La primera en lanzar el desafío fue Microsoft, que anunció la integración de ChatGPT en su motor de búsqueda Bing.
Lo que es nuevo en todo esto es la búsqueda dentro del motor, que se asemejará cada vez más a una verdadera conversación en lugar de una pregunta y respuesta más clásica.
Y todo esto gracias a la capacidad que la inteligencia artificial tiene de aprender de la experiencia que el usuario tiene en la web, una función que ya existía pero que se está fortaleciendo cada vez más.
En esta fase de cambio extremo, Google no se quedó de brazos cruzados y tomó las riendas de la situación creando un sistema de inteligencia artificial generativa llamado Bard.
Inteligencia artificial y motores de búsqueda: ¿Google llegó tarde?
Llegados a este punto, surge una pregunta natural: ¿Google, el gigante de Mountain View que ha invertido considerablemente más a lo largo de los años y siempre ha estado a la vanguardia en cuanto a las implicaciones de la inteligencia artificial en el lenguaje natural, realmente llegó tarde?
La premisa es que, desde el lanzamiento de ChatGPT, las presiones desde la cúpula directiva sobre los desarrolladores para el lanzamiento de Bard se han multiplicado. Muchos se han divertido señalando las fallas de ChatGPT, y la integración del chatbot en Bing presenta no pocas dificultades.
Si analizamos específicamente el contexto, son aspectos como los mencionados anteriormente los que han aconsejado prudencia a una empresa que hasta ahora siempre ha sido pionera. Además, se ha constatado con ChatGPT que los nuevos modelos de inteligencia artificial todavía son poco fiables y, por lo tanto, poco seguros y atentos.
Por último, pero no menos importante, el problema de los costos no debe subestimarse, ya que las respuestas proporcionadas con la IA requieren mucha más potencia computacional que los motores de búsqueda normales. Por lo tanto, los costos para Google podrían dispararse.
¿Pero es realmente esta la única razón?
La sensación general al examinar la situación es que, en realidad, en el Googleplex, la sede de Google en California, han intentado de todas las maneras posibles evitar revisar su modelo de negocio, que hasta ahora ha sido absolutamente exitoso, hasta darse cuenta de que la espera ya no es una opción. De ahí la importancia de cuestionar su propia línea.
Inteligencia artificial y motores de búsqueda: Lo que podría cambiar
Sabemos que no se puede retroceder en el tiempo, nunca. Tomar conciencia de un cambio inevitable es ciertamente sabio.
Esto quiere decir que la inteligencia artificial estará cada vez más presente en nuestras vidas, encontrando más formas de infiltrarse y estar en la vanguardia.
En resumen, a pesar de que la evidencia no sea precisamente optimista, para todos los gigantes que deciden invertir su capital en esta nueva aventura, la carrera parece estar en marcha.
Por lo tanto, en el corto plazo, los motores de búsqueda cambiarán poco, pero a largo plazo, la transformación se hará sentir. Nadie sabe con certeza si será para peor o si se logrará mantener algún tipo de equilibrio. Es inevitable sentir cierta preocupación, dado la tendencia de los seres humanos en la web a confiar en las respuestas proporcionadas por las máquinas sin buscar una verificación objetiva o profundización. En este caso, el peor escenario podría ser un nivel cultural comprometido (los primeros resultados en la página de Google suelen ser los más clicados, pero no siempre son los más argumentados y confiables en términos de calidad).
Pero…
Conclusiones
Por un lado, está la carrera que el mercado prácticamente exige, y por otro lado, la necesidad de no difundir noticias que puedan considerarse poco precisas o, peor aún, problemáticas y falsas.
Nota: en juego está el futuro de los motores de búsqueda que utilizamos a diario, ¡y también el nuestro!
En esta fase de cambio constante, la certeza se revela única y exclusivamente: quedarse atrás en un contexto de capitalismo tecnológico puro como el nuestro nunca es el camino “correcto” a seguir, el mismo camino que sabemos que es largo y no del todo claro.
Sin embargo, es absolutamente necesario estar alerta e intentar desarrollar un pensamiento crítico hacia la innovación: la ola de alta tecnología no puede ni debe arrasarnos de ninguna manera, sino acompañarnos en un viaje que se vislumbra como tortuoso pero estimulante y competitivo.